La vida en la capital en Alemania no es cara y eso también se refleja en el precio de los alquileres de las viviendas. Si comparamos Berlín con otras capitales europeas como Zúrich, Paris, Londres, Moscú o Madrid, llegamos a la conclusión de que la ciudad ofrece unos precios de alquileres muy asequibles. Eso puede ser unos de los motivos por el cual muchísima gente joven tiene aquí su residencia o por lo que muchas de las llamadas Startups “Pymes” ven en Berlín un buen lugar de comienzo para su actividad.
Una de las grandes ventajas de esta ciudad de moda es la posibilidad de vivir en barrios muy centrales donde, aunque la demanda es muy alta y los precios de alquiler tienden a la alza en los últimos años, es posible encontrar pisos o habitaciones con un precio todavía moderado.
La gran mayoría de la población alemana, al contrario que los españoles, viven en alquiler. Muchas personas ven la opción de solicitar un crédito para una compra y devolverlo en 30 o 40 años una odisea no realista para su modo de vida, así que se sigue manteniendo la tradición de alquilar. Estos alquileres son, en el mayor número de casos, viviendas no amuebladas, otra pequeña diferencia con lo acostumbrado en España, donde el alquiler suele ir acompañado de muebles. Existe la posibilidad de que un inquilino al abandonar el piso alquilado ofrezca la opción de compra de algunos de sus muebles o electrodomésticos al nuevo inquilino interesado, aunque por norma general, los recién entrados suelen traer su propio mobiliario. En la ciudad existe además una amplio mercado de segunda mano muy utilizado entre la gente joven que por módicos precios intercambian electrodomésticos, muebles o utensilios de cocina.
Para llevar a cabo un alquiler de vivienda en Berlín y Alemania es imprescindible el pago de un depósito “Kaution” y la presentación de diferente documentación como puede ser un contrato de trabajo o nóminas que demuestren un ingreso con el que se puede hacer cargo del importe del alquiler “Miete”. También se suele solicitar un certificado fácil de adquirir llamado Schufa que certifica la no existencia de impagos con identidades y que tiene una validez de tres meses.
Existen muchísimos particulares que buscan nuevos inquilinos, pero si alguien prefiere hacer la búsqueda a través de una inmobiliaria, a de planear con un importe equivalente a 2-3 meses netos de alquiler como comisión, por su puesto, esto ahorra tiempo y se obtiene un servicio más personalizado adaptado a las necesidades de cada uno, además de evitar las largar colas de interesados en pisos atractivos.
Otro aspecto a destacar y tener en cuenta a la hora de alquilar un piso en Berlín y en Alemania, es la diferencia entre el llamado Kaltmiete y Warmiete. El primero es el importe del alquiler sin los gastos adicionales como es el agua, luz y gas. En Alemania estos gastos son calculados anualmente, divididos de manera mensual y sumandos al Kaltmiete para llegar al Warmiete, que es el importe que finalmente pagaremos. A final de año y tras el cálculo de los gastos, es posible que hayamos pagado una menor o mayor cantidad de dinero de la consumida, por lo que eso puede disminuir los gastos para el siguiente año, o de manera contraria, tener que pagar un importe adicional.
Para abandonar un piso contratado en alquiler en Berlín también se debe cumplir con un plazo establecido en el contrato, normalmente entre 1-3 meses “Kundigunsfrist”.
Entre la juventud es muy común la vida en WG – “Wohnungsgemeinschaft” o piso compartido, donde el papeleo, así como los plazos pueden acortarse, ya que la decisiones las toma el “Hauptmieter”, persona responsable del alquiler y al que está dirigido el contrato de arrendamiento.
Plataformas de internet muy conocidas como inmobilienscout, wg-gesucht o studenten-wg ofrecen a los interesados el mercado inmobiliario en Berlín y Alemania, donde incluso muchos ofertantes internacionales escriben sus anuncio de pisos o habitaciones en inglés o español.
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