La profesión de enfermera ha pasado de ser una de las profesiones con más estabilidad laboral en España a tener un futuro con mucha incertidumbre y todo ello ha sucedido en un corto periodo de tiempo.
Años atrás, antes de la llegada de la crisis, cualquier joven diplomado con ganas de trabajar podía obtener un contrato indefinido en un hospital o residencia de su misma ciudad, mientras que a día de hoy las personas recién tituladas se orientan a otros países del extranjero, básicamente países del norte de Europa como Alemania o Suiza, donde con unas bases del idioma se puede ejercer la profesión, obteniendo una estabilidad con contratos de larga duración y salarios acordes al nivel profesional.
Cada vez son más los jóvenes que al finalizar los estudios en España emprenden esta aventura hacía el extranjero. Solo en Alemania, el número de españoles residentes aumenta a diario superando en el 2014 la cifra de 50.000. El mismo gobierno español prevé todavía un incremento de esta cifra en los próximos años.
Esta nueva situación ya se percibe en los primeros cursos de las universidades de enfermería, donde se ha reducido el número de interesados por la profesión, supuestamente al no poder ofrecerse una perspectiva laboral de futuro. La profesión ha pasado a desaparecer de la lista de las carreras profesionales más demandadas en España.
España se encuentra en la actualidad muy por debajo de otros países de la Unión Europea en cuanto al número de enfermeras se refiere, aunque ello no parece que conlleva un cambio drástico de la situación.